miércoles, 15 de septiembre de 2010

Capítulo 11

De pronto se escuchó moverse el pestillo que cerraba la puerta, abriéndose ésta. Mi cuerpo reaccionó ante ello, provocando que me levantase con rapidez del suelo, casi como un acto reflejo. Justo en ese momento, Aitor salió de ella. Yo me encontraba frente a él, suplicándole con la mirada un perdón, pero él sólo cruzó nuestras miradas durante a penas dos segundos, y luego la esquivó para cruzar el salón hacia la puerta.

- Aitor… - ignoraba mi llamada mientras cogía las llaves de la mesita - …lo siento… lo siento mucho… - esto provocó que él se girase hacia mí.
- ¿El qué sientes? – me miraba con seriedad.
- Lo que dije antes… lo siento, no debí decirlo…
- Ya… - dijo sin convencimiento alguno – Pues hay cosas que es mejor no decirlas – se hizo el silencio, en el que se volvieron a cruzar nuestras miradas – ni pensarlas – continuó.
- Aitor… yo… lo siento… - volví a repetir - ¿Qué puedo hacer para que me perdones?
- ¿Enserio quieres saberlo? – soltó las llaves sobre la mesita y comenzó a avanzar hacia donde yo estaba. Yo asentí asentí con la cabeza. – Deja que me vaya contigo.
- Aitor… ya sabes que no pued… - me tapó la boca con la mano mientras se arrimaba más.
- Deja que me vaya contigo… deja que podamos comenzar una vida nueva, que creemos nuestro particular ambiente en otro lugar, que vivamos esta experiencia… - puso una de sus manos bajo mi barbilla mientras decía esto - …juntos.

Al escuchar todo esto me quedé sin palabras. Todo sonaba a maravillas, pero no, no podía permitir que lo dejase todo por un viaje.

- No – dije firme, separándome de él.
- ¿Porqué no? – su mirada era de confusión – Nathalie, ¡gano más de lo que pierdo!
- No, no… ¡pierdes más de lo que ganas!
- ¿Porqué eres tan cabezota?, ¿Porqué te empeñas en que no me vaya contigo? – él avanzaba hacia mí a la vez de que yo iba retrocediendo - ¿Ves? Te alejas de mi… - seguía intentando acorralarme - ¿Porqué quieres alejarte de mi?, ¿Porqué conforme pasan los segundos siento que estoy perdiéndote cada vez más? – choqué mi espalda contra el estrecho tabique que separaba las puertas de nuestras habitaciones, y él frente a mi, pegado a mi cuerpo - ¡¿PORQUÉ?! – agarró mis muñecas.
- ¡Porque no quiero más acercamiento contigo! – grité ante el agobio.
- Dime sólo un porqué sobre lo que acabas de decir, solo uno… - seguíamos en la misma posición, parecía que no se cansaba de ello.
- ¿Quieres un porqué?, ¿Enserio lo quieres? – lo miré desesperada, a lo que él asintió firme. - ¡Porque me confundes, y no quiero vivir en una laguna de confusión! – solté sin más. Si no lo decía iba a reventar.

Soltó mis muñecas mientras me dirigía una mirada atónita.
¿Era mi impresión o Aitor estaba exageradamente asombrado?
Pero… ¿de verdad estaba confundida o simplemente me salió solo por el agobio?
A lo mejor esa no era la manera ni el momento más apropiados para decir aquello, pero ya lo dije… la papeleta ya estaba echada. Fuese o no verdad.
Su mirada sólo me transmitía asombro y desconcierto.
Tras decir aquello sentí que me había quitado un peso de encima por una parte, y un gran arrepentimiento por la otra.

- ¿Has dicho que te confundo? – se atrevió a preguntar. A lo que asentí. – Pero… ¿cómo?, ¿porqué? – le solían solas las palabras.
- ¡No lo sé! – no sabía qué responder, y estaba nerviosa – Mira, haz como si no hubiese dicho nada nunca… - me dirigí hacia el baño, cerrando la puerta tras de mi, y dejándole solo.

Dentro del baño escuchaba ciertos murmullos de Aitor como: ‘’¿Qué me olvide de lo que dijo? Tss… como si fuese tan fácil’’ o ‘’Es que esto es increíble, si es que lo que no me pase a mi…’’

No quería seguir escuchando esos murmullos, así que abrí el grifo del lavabo y empecé a echarme agua fresca por toda la cara y el cuello durante al menos 15 o 20 minutos.
A ratos me iba mirando en el espejo, como si en mi cara fuese a encontrar una fuente de respuestas.
¿Realmente estaba confundida con Aitor? pero exactamente no entendía el porqué de aquello, eso sí, tenía que averiguarlo cuanto antes porque sino iba a acabar volviéndome loca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario